Como en casa
La parrilla de Chachalo tiene el clima de un comedor familiar: el trato cálido de los anfitriones, los manteles, el pan, la vajilla, el resto de los comensales...todo nos remite a casa, o a la de algún pariente.
Es de esos lugares donde uno puede sentarse a cenar o almorzar sin compañía y no se va a sentir solo, o donde podemos ir en grupo a celebrar algo sin sentir que incomodamos; enseguida se juntan unas mesas y todos contentos.
Ni la tele falta! Son dos (la nueva pantalla plana quedó al frente del salón y la más viejita pasó al fondo) y dan lo que se mira en cualquier casa: las noticias, la novela del momento, el futbol y el show más visto de la TV argentina.
La comida es simple, rica y contundente. Y en invierno; Sopa!
Pero antes de sentarnos a la mesa y contarles que hay de comer les presentamos al dueño de casa.
El resto de la flia.
Clarita es la hermana de Chachalo y su lugar es la caja. Cuando no está con la registradora o compartiendo fotos de sus nietos desde el celular mete mano en la cocina. Si los fideos que pediste los preparó Clarita; imposible terminar el plato, todavía no le agarra la mano a las porciones...
La otra cara visible es Gaby, camarera vitalicia. Hace su trabajo de taquito. Está atenta a todo, es segura, prolija y graciosa. Si vas más de una vez ya te reconoce y recuerda tus preferencias (si jugoso o cocido, que sin queso, con poca sal...no se le escapa una).
Lili es la señora de Chachalo. Ayuda en el salón y da una mano donde la necesiten; se ocupa de que todo marche bien y desde que ella está la casa se ve más linda, se nota que Lili cuida los detalles.
Y los que no vemos: qué podemos agregar del equipazo de la cocina si cada plato habla por ellos ¡y como!
A la meeeesa! que se enfría la comida!
El dueño de casa ya mencionó las especialidades. Nosotros vamos a hacer nuestras sugerencias:
No habría que perderse las entradas, con pan recién calentado en la parrilla. Aunque sea pedir una para compartir: puede ser lengua a la vinagreta o la insuperable vizcacha en escabeche.
Si deciden por las pastas los ravioles con salsa mixta no defraudan nunca y los tallarines a la bolognesa saben tan caseros... También hay canelones y lasagna. Y a todo se le puede agregar estofado, de pollo o de peceto.
El pescado es fresquísimo. La trucha la pedimos a la manteca negra y no le falta nada más, es deliciosa. Cuando pedimos pejerrey lo preferimos a la romana, de fritura impecable.
Una de las mejores guarniciones de la casa son las papas fritas, que pueden venir a la provenzal y/o acompañadas con huevo frito o revuelto (que no siempre, pero muchas veces, es de campo).
Y en la parrilla no hay como errarle: la porción de chivito es de las mejores de la zona, el bife de chorizo es supremo y hasta un cuarto de pollo sin pretenciones aquí resulta siempre sabroso (desconocemos el secreto).
Para beber, lo que querramos: puede ser un tinto de la casa, con soda de sifón. O algún malbec de bodega reconocida y agua sin gas en copa aparte. Y hay amargo serrano, y gaseosas de litro. Y también podemos pedirnos una medida de whisky o un fernet sobre el final (o al principio).
Los postres, como en casa: suculento flan o budín de pan casero, con crema o con dulce de leche, o con los dos. O un vigilante, o porción de queso con zapallo en almibar.
Y como dijo Chachalo: ya saben, la casa está abierta y el corazón también.
abierto todo el año
medio día y noche
La Parrilla de Chachalo
Villa Cura Brochero
(frente a la estación de servicio)
Traslasierra - Córdoba - Argentina
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